🧱 Estructura ideal: introducción, desarrollo y conclusión

Las buenas presentaciones no se improvisan: se construyen como una historia

Una de las razones más comunes por las que una presentación no funciona es porque no tiene una estructura clara. Saltar de tema en tema, repetir ideas o terminar sin una conclusión sólida hace que la audiencia se pierda, se aburra o no actúe.

Por eso, te propongo una fórmula simple y poderosa:
Inicio — Desarrollo — Cierre.
Así como en una buena historia, cada parte tiene un propósito específico.

🟢 1. Introducción: atrapa la atención y crea contexto

Este es el momento clave para responder, sin decirlo directamente, la pregunta que todos se hacen:

“¿Por qué debería escuchar esto?”

Debe incluir:

• Una idea potente o pregunta provocadora.
• El problema o necesidad que vas a abordar.
• Tu propósito y lo que el público va a ganar con tu presentación.

🎯 Objetivo: captar atención, establecer relevancia y generar expectativa.

🧠 Ejemplo:
“¿Sabías que el 85% de las presentaciones fallan por exceso de texto? Hoy te enseñaré cómo no ser parte de esa estadística.”

🔵 2. Desarrollo: organiza la información en bloques claros

Aquí es donde explicas tus ideas principales.
Pero cuidado: no es una lista desordenada, sino una secuencia lógica y bien estructurada.

Usa:

• Bloques temáticos o capítulos.
• Títulos con mensajes, no solo temas (ej: “Cómo captar atención visual” en lugar de “Diseño”).
• Apoyos visuales: gráficos, imágenes, ejemplos, comparaciones.

🎯 Objetivo: facilitar la comprensión y mantener el interés.

📌 Consejo: Cada bloque debe tener una sola idea principal y responder a la pregunta: “¿Y esto por qué importa?”

🔴 3. Conclusión: deja huella y llama a la acción

Una presentación sin un buen cierre es como una historia sin final.
Evita terminar con un “y eso es todo”. Aprovecha los últimos segundos para cerrar con claridad, fuerza y propósito.

Incluye:

• Resumen breve de lo importante.
• Frase memorable o insight final.
• Llamado a la acción (¿Qué deberían hacer ahora?).

🎯 Objetivo: reforzar el mensaje principal y mover a la acción.

🧠 Ejemplo:
“No se trata de mostrar más… sino de mostrar mejor. Y ahora sabes cómo hacerlo.”

💡 Conclusión

Una estructura clara convierte ideas dispersas en un mensaje sólido y convincente.
El secreto no está en la cantidad de información, sino en cómo la ordenas para que fluya y conecte.

El orden en el que cuentas algo puede cambiar totalmente el impacto de lo que cuentas.